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INTERNALIDAD, APRENDIZAJE Y EMPRENDIMIENTO.

Por Omar Cid M.


¿por qué llegaste tarde?, “llegue tarde por el taco”.


¿por qué te sacaste mala nota?”, “la materia era difícil”.


No da lo mismo como explicamos lo que nos sucede, como interpretamos nuestros resultados genera una realidad asociada a nuestro poder personal.

La Internalidad lo entendemos como el comportamiento de hacerse responsable por los resultados buscados (negativos y positivos), de poseer dominio al menos en el nivel de aprendizaje de los procesos desarrollados, facilita el empoderamiento de los equipos, la creatividad, la innovación, y la incorporación de tecnologías y modos culturales que facilita el logro de objetivos.

Esta competencia se basa en una conducta emprendedora identificada por David Mc Clelland, denominada “Autoconfianza e independencia”, esta conducta facilita la atribución personal de los éxitos y fracasos en post del aprendizaje y el dominio sobre la vida.

Esta escuela fue profundizada en los noventa por Daniel Goleman, (que fue alumno tesista de Mc Clelland en la Universidad de Harvard), así se abrió un puente entre esta escuela conductista (observable y pública) del emprendimiento, y el desarrollo del aprendizaje como sustento de la conciencia personal (privada y subjetiva), que se basaba en ciertas premisas que se abrían camino a partir de esa década.

La escuela de Jung, cómo ejemplo, pone a disposición los estados de conciencia y arquetipos, y la enlaza con la visión personal, la autoconciencia, la representación de estados presentes y futuros, y estados emocionales trascendentes, que hacen puente entre esta conducta de internalidad visible; y de lo que sucede a nivel privado en el poder personal.

El aprendizaje; la entendemos como la incorporación de una capacidad de acción en el tiempo que no se tenía, a juicio de un observador. El aprendizaje en el cuerpo, por eso nos referimos a la ‘incorporación’, al establecimiento de una nueva conducta que permite resultados, más allá de manejar información cognitiva, (que de nuevo la incluye y transciende).

Capacidad de acción que se basa en la acción amplia desde la ontología del lenguaje, que remite a la acción como resultado de un observador, recursiva como que el acto mismo de observar y su  resultado, es una acción que remite a un tipo particular de observador. Este observador posee un conjunto de acciones posibles, que son acrecentadas por nuevas capacidades de acción, que muchas veces, para ser efectivas, deben basarse en la transformación del mismo observador.

El emprendedor/a integral, se podría caracterizar por estar comprometido con aprendizaje significativo y transformacional, más que de los resultados (que de nuevo, los incluye y trasciende). El aprendizaje le facilita el aumento de los dominios de poder, de control sobre los  futuros resultados de su acción; desde ahí que los resultados negativos es una positiva información a ser tomada en cuenta.

La centralidad de este concepto, y su mal entendimiento en buena parte, por ejemplo en las pequeñas empresas, ha dificultado la incorporación de sistemas de gestión de calidad, que suponen resultados de corto plazo, y no en el establecimiento de un comportamiento basado en el aprendizaje continuó del equipo, en las ‘oportunidades de mejora’.

Este aprendizaje, supera la técnica y los conocimientos, y pone en la transformación al propio emprendedor, y su entender del mundo. Lo que lo sitúa en el centro del aprendizaje, a él/ella como objetivo de transformación, de incorporación de nuevas competencias. En un estado incluso de desaprendizaje, es decir de soltar viejas prácticas que no facilitan la incorporación de nuevas miradas, propias, del equipo o de los clientes.

En cuatro direcciones de aprendizaje, en uno sobre conductas personales y formulas, observables y trazables; en un segundo a un aprendizaje transformacional de si mismo como observador, de si mismo del mundo, que están en un cuadrante privado e intimo; en un tercero sobre su equipo y la cultura subyacente, muchas transparente en su valores y estados de animo; y por último en un cuadrante público de gestión de resultados, balances, niveles de producción e inversión, medibles y observables otra vez.

Aquí reviste importancia un conjunto de conductas emprendedoras en la esfera  pública (McClelland), denominada Conjunto de logro, la búsqueda de logro, es un motor y de motivación en los/las emprendedoras, que buscan lograr resultados o generar cosas que no existen. Esta motivación personal, ligada a la vida personal y a los niveles de conciencia, es sustancial para le desarrollo de una tendencia al aprendizaje transformacional de 2° orden. En que la disposición a escuchar, a soltar su punto de vista, a compartir criterios y a persuadir, más que a imponer, facilitan integralmente su desarrollo.

Es la práctica que denominamos aprender a aprender, y que se basa, según nuestra interpretación en la capacidad de internalizar resultados, incluso con la disposición a cuestionar sus perspectiva personal, de manera de atribuirse el control o la influencia sobre los factores externos. La responsabilidad asociada al aprendizaje, el aprendizaje asociado al emprendimiento.

¿por qué llegaste tarde?, “Salí a una hora con taco”.

¿por qué te sacaste mala nota?”, “no estudie lo suficiente”.

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