Tras la llegada del covid-19 hemos estado expuestos a constantes olas de cambios que debemos saber surfear, manteniéndonos a flote. Para sortear este símil de oleajes es importante tener en cuenta el peso que tiene la responsabilidad de la adaptabilidad al cambio, donde hay varias características que debemos trabajar para mejorar nuestra adaptabilidad.
Entre ellas, liderazgo y capacidad de influencia, actitud crítica, aprendizaje activo, innovación, pensamiento analítico, resiliencia y manejo del estrés; siendo solo algunas de las principales capacidades sobre las que podemos trabajar para estar mejor preparados para surfear mejor las olas del cambio.
A criterio de Diana Ramírez, experta en Mercadeo y Servicio al Cliente Universidad de San Buenaventura, el Cambio Organizacional se define como la capacidad de adaptación de las organizaciones a las diferentes transformaciones que sufra el medio ambiente interno o externo, mediante el aprendizaje y/o el conjunto de variaciones de orden estructural que sufren las organizaciones y que se traducen en un nuevo comportamiento organizacional.
Para Wilson Araque, doctor (PhD) en Administración, la capacidad adaptativa tiene que ver con la lectura e interpretación de los datos e información que va apareciendo sobre la nueva realidad; con la identificación de oportunidades y amenazas y sobre la base de los puntos fuertes y debilidades internas actuales.
En Psicotécnicos-Net hacen referencia a un concepto de adaptación que implica la disposición del sujeto para acomodarse rápidamente a contextos organizacionales dinámicos. Conlleva la capacidad para integrarse a nuevos grupos, culturas y objetivos de trabajo que suelen variar frecuentemente.
Nueva receta
El profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez, Juan Carlos Eichholz, asegura que “la receta del éxito de los últimos 30 años ya no sirve”, por lo que es necesario que las empresas tengan capacidad de adaptación.
Para hacer que una empresa sea más proclive al cambio, hay cinco factores que destaca el académico:
Una razón para existir: Las empresas tienen que preguntarse para qué existo, más allá de generar ingresos y ser rentables
Experimentación e innovación: Ambos son considerados como factores fundamentales para conseguir la capacidad de adaptación empresarial.
Flexibilidad y capacidad de adaptación empresarial: No hay posibilidad de aprender si no somos flexibles y estamos dispuestos a cambiar hasta nuestros paradigmas más arraigados.
Personas con opinión y juicio propio: Como habíamos mencionado con anterioridad, nuestros colaboradores deben contar con capacidad de influencia, actitud crítica, innovación y pensamiento analítico.
Colaboración: pensar en la organización en su conjunto
Buenas prácticas
Para Pablo Reyes, magíster en Seguridad Humana UVM- UNCRD y ex socio de ÁUREA Global, expone que la evolución organizacional es un proceso permanente de adaptación y cambio. La evolución sucede cuando hay herencia, variación y selección.
En palabras de este experto “organizacionalmente la herencia es en parte la cultura y los procedimientos; la variación es cómo lo hacen los distintos individuos dentro de ella, y la selección es cómo sucede en función de los resultados (…) el proceso de evolución al que estamos arrojados tiene que ver con reconocer que hemos pasado por diversos estadios organizacionales”.
Reyes recomienda además tres buenas prácticas adaptativas a propósito de la crisis sanitaria:
Autogestión. La autogestión es la capacidad de distribuir poder y responsabilidad en un contexto no presencial.
Aprendizaje continúo. El aprendizaje continuo implica bajar las barreras a adquirir nuevas competencias y herramientas que faciliten el proceso.
Gestión emocional. La gestión emocional es quizás la más importante de todas. Reconocer que los seres humanos bajo estrés operamos de forma distinta. Y un nivel de estrés que contiene el miedo a la muerte (propia o de algún conocido o cercano), sostenido por mucho tiempo, puede generar grandes daños a la salud mental de las personas (sin hablar del confinamiento y sus consecuencias).
En tal sentido, y contextualizándolo a los tiempos del covid-19, las organizaciones deben estar dispuesta a modificar su forma de actuación sobre la base de altas dosis de resiliencia, adaptación, creatividad, y reconversión alineada a las nuevas circunstancias.
Para Darwin, en su teoría de la evolución, la sobrevivencia no es alcanzada por el más fuerte sino aquellos individuos que logran mejor adaptarse a los cambios del contexto.
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