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Foto del escritorPablo Reyes

LA REVOLUCIÓN YA LLEGÓ.

La historia de la humanidad ha tenido diversas olas de cambio, muchas de ellas gatilladas por la creación de nuevas tecnologías o el descubrimiento de nuevas posibilidades, lo que ha generado la emergencia de nuevas culturas y su consecuente nueva forma de habitar el mundo.

Cada ola ha llevado aparejada la valoración y el desarrollo de ciertos tipos de organizaciones que buscan aprovechar esas nuevas tecnologías, desde un sustrato cultural que les da sentido. Así, por ejemplo, en algún momento inventamos jerarquías para hacernos cargo de los excedentes de producción que generó la invención de la agricultura, o más recientemente, inventamos estructuras de control para sostener las cadenas de producción que nos permitió la revolución industrial.

Así mismo, estas organizaciones han requerido y propiciado ciertas competencias específicas según su necesidad. De esta forma, una organización jerarquizada propició trabajadores obedientes y disciplinados tal como una organización estratégica buscó trabajadores ambiciosos y enfocados en el logro.

Hoy estamos frente a una nueva ola, una que va a requerir que comiencen a aparecer nuevas organizaciones, nuevas lógicas de gestión y por lo tanto va a empezar (en realidad ya empezó) a solicitar nuevas competencias. El problema es que no estamos preparados aún, lo que va a traer serias consecuencias dado que la mayoría de las organizaciones está pensando que puede abordar este desafío con las formas tradicionales que ha venido ocupando.

La mala noticia es que no va a funcionar.

El informe de Deloitte de tendencias en capital humano (que puede descargar en este link), pone de manifiesto esta preocupación, señalando en el lugar Nº 1 “La organización del futuro” como una preocupación global dados los cambios que estamos viviendo. Siendo sutiles en la observación, “la organización del futuro” sigue siendo algo que aún no sucede, que va a pasar en algún momento, que debiera llegar pero aún no lo hace. Eso en si es un error. Esta ola ya llegó, ya está instalada, pero queremos creer que es algo del futuro. De esta forma, seguiremos no estando preparados y la ola está pasando por arriba de muchos.

El desafío es trabajar desde ya en evolucionar como organización hacia nuevos estadios de gestión, desarrollar capacidades adaptativas y sobretodo trabajar en la creación de una nueva cultura que sea capaz de surfear esta ola para poder seguir existiendo y desarrollando valor.

En este post de septiembre del 2016 mencionaba algunos de los enemigos que enfrentarán las organizaciones para evolucionar hacia el estadío requerido. Haga el escáner y vea con cuáles de esos se está enfrentando ahora en su organización. Es hora de actuar. Nosotros lo podemos acompañar.

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