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DESPLAZAMIENTO TRANSCULTURAL DE ORGANIZACIONES.

Por Omar Cid M.


Una inquietud central en nuestro quehacer, es cómo apalancar el cambio evolutivo con la mayor efectividad y el menor distress para las organizaciones y los participantes. Coherentes con nuestra comprensión holística y de sistemas complejos, el intento aborda siempre la observación experimentación de y en distintos dominios operacionales.

Habiéndonos dado cuenta que un cambio cultural no consiste en meros cambios en las prácticas sociales (aunque si los incluye), nuestra mirada y búsqueda se dirigió a buscar cómo incidir en cuestiones de estilo y otras configuraciones más complejas que la conducta simple y las prácticas concretas -hacia la coreografía, por así decirlo. Entonces, nos encontramos con la Sociocracia 3.0.

Grande fue la sorpresa porque lo más impactante del modelo de Sociocracia 3.0 es, precisamente, que adecuadamente implementado genera un cambio en el estilo de hacer, además de instalar prácticas específicas y nuevas. Este cambio de estilo es -postulamos- un cambio cultural de gran calibre, que jalona evolutivamente al sistema en el que opera. Nuestro entusiasmo con ella deriva precisamente de esto: el modelo es capaz de poner una tensión que tracciona ecológica y evolutivamente “hacia arriba y adelante” a la organización. El énfasis en lo ecológico es para decir que es análogo a los movimientos naturales de crecimiento y transformación, que incluye la conservación de la identidad del self a través de las transformaciones estructurales.

A mi modo de ver (y en esto asumo mi sesgo, el cual puede no representar al equipo áureo) lo que posibilita este desplazamiento es, primero un constate llamamiento a la escucha del campo situacional, una participación encarnada y situada, por así llamarlo, que es receptiva de este modo al campo total lo cual empuja a y requiere de una presencia plena; y segundo, una perspectiva profundamente no individualista en el sentido más profundo de la palabra. Es prestarle la voz al grupo/entorno, asumirnos como nodos de una red más que en individuos disjuntos. Ambos aspectos son centrales a mi juicio en la tensión por jalonar a los participantes y a la propia organización hacia miradas de segundo orden, como les dicen ahora.

Es como plantar una semilla. Una semilla de integralidad.

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